ORACIÓN EN MEDIO DE MIS PRISAS
Estoy viviendo muy de prisa, Señor, no me detengo en nada, las circunstancias me van viviendo y no vivo yo las circunstancias, paso de una actividad a otra.
Dicen que esto es el mal del siglo, pero no me gusta, Señor, ir de prisa.
Los días y las noches pasan presurosas y creo que dejo de hacer cosas muy bellas.
Mi vida se desliza vertiginosa; quiero detenerte y ver una respuesta de sol que tiñe de rojo el agua de la laguna, o las nubes sobre las montañas, quiero encontrar tiempo par visitar a un enfermo; darme tiempo para leer. pero sigo repitiendo: "no tengo tiempo".
Cuando veo el reloj y son ya las once de la noche, analizo: corrí, corrí como todos los mortales.
Dejo de disfrutar, de saborear las miradas tiernas de los niños, de observar los pétalos finos de una rosa.
No tengo tiempo de detenerme a ver los parques, la belleza de las flores, el ruido de las fuentes y el trino de los pájaros, junto a los niños que corretean, hacen todo un poema.
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